Calles llenas de juventud. Predominaban los pañuelos verdes y el glitter en la cara. Una jornada protagonizada por mujeres. Alegría e incertidumbre se sentía entre la multitud que estaba en Plaza Congreso palpitando el comienzo de lo que sería una larga noche.
Carpas ubicadas sobre la plaza y la avenida esperaban a sus dueñas para acompañar el conteo. Sentadas en grupos, algunas tomaban mate, otras bailaban y cantaban desplegadas a lo largo de Rivadavia y Callao. También, se vieron largas filas para conseguir termos calientes o un poco de comida para hacer más leve la espera junto al calor del fuego prendido en las calles.
A un lado de la avenida Callao, grupos de chicxs saltaban la soga para pasar el rato entre las frazadas y los abrigos de una fría noche. Por otro, se escucha hablar de los diputadxs indecisxs, mientras se repasaba el conteo parcial en los celulares. El minuto a minuto de las redes sociales sobre el debate era clave. De fondo, se veía la pantalla ubicada en la esquina del congreso que transmitía en vivo la sesión y juntaba a cientos de personas y agrupaciones que opinaban y gritaban al escuchar los diferentes discursos y posturas de lxs diputadxs presentes. A la izquierda,se llevaban varias miradas las proyecciones de imágenes sobre los edificios.
En los alrededores de Rivadavia, mujeres colgadas de las piernas por sogas atadas a la boca del subte de Sáenz Peña de la línea A, iconos feministas como Frida Kahlo con el pañuelo de la campaña eran registrados en cuadros pintados con tizas sobre la calle. Sobre la misma avenida un dinosaurio con el pañuelo celeste captaba la atención de decenas de personas que pedían acercarse a tomar fotos con el metafórico personaje.
El escenario, ubicado en las calles Callao y Perón, reunió a lo largo de la noche a figuras, artistas, actrices y cantantes, y hasta contó con la participación de propixs diputadxs que pasaron cuando volvían al recinto. Alrededor, múltiples camionetas de canales de televisión y diarios junto con lxs periodistas y típicos puestos de venta de comidas que hacían la circulación un poco más complicada de lo habitual.
Frente a las ventanas del congreso y entre quienes esperaban alguna información proveniente de adentro sobresalía una percha acompañada de la frase “las perchas son para la ropa”. ¿O acaso sirven para algo más?
Entre los gritos de quienes reclamaban que “si no hay aborto legal qué quilombo que se va a armar” diputadxs desde las ventanas del recinto se acercaron y agitaron al mismo tiempo los pañuelos verdes, mientras la calle se descontrolaba y estallaba al son de ‘que sea ley’.
MB.
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